Respecto a la aparición de casos nuevos, los tumores de mayor incidencia en España en hombres son los cánceres de pulmón, próstata y colorrectal. En cuanto a las mujeres, el cáncer de mama es el más frecuente, seguido de los tumores de colon y útero.
¿Cómo podemos enfrentarnos a la enfermedad?
Enfrentarse a un diagnóstico de cáncer es una situación inesperada que supone un cambio drástico en la vida de una persona. La forma en la que el cáncer afecta a cada persona es diferente.
Lo natural es pasar por diferentes fases, con reacciones similares a las que ocurren cuando recibimos una mala noticia:
• Shock o fase de crisis, caracterizada por sentimientos de fragilidad y vulnerabilidad, confusión, inseguridad, pérdida, que puede durar desde unos días a unas pocas semanas. Se puede experimentar una sensación de que nuestra existencia está en peligro o de pérdida del marco de referencia.
• Negación, incredulidad («no es posible, tienen que haberse equivocado»)
• Tristeza, depresión, llanto, impotencia, miedo…
• Aceptación: suele coincidir con el tratamiento y el alivio que supone estar haciendo algo.
Todas las personas necesitamos tiempo para asimilar lo que está pasando.
Tras el diagnóstico, las personas sentimos miedo, a sufrir, al futuro… y rabia. No es raro que las personas se pregunten si se van a morir, por qué le ha ocurrido a ellos o por qué la vida les ha tratado así. Es totalmente normal hacerse estas preguntas.
Es importante no confundir estas reacciones y temores con un problema psicológico. Todas estas emociones son normales y poco a poco se irán debilitando, son parte del proceso de adaptación.
Una comunicación clara y positiva entre el enfermo y la familia va a facilitar el bienestar de todos y la búsqueda de soluciones. Poder expresar y compartir los sentimientos y preocupaciones con las personas más cercanas es la mejor de las terapias.
Es fundamental no olvidar que las tasas de supervivencia son cada vez más elevadas; cerca de 8.4 millones de personas con cáncer viven en este momento.